Algo cambia.

Hoy es un mal día, pero no es el típico día en el que todo se tuerce, estás de mal humor y maltratas a todo el que te rodea, no, no es un día de esos. Hoy es un día en el que te levantas feliz, sin preocupaciones, y con una enorme sonrisa, pero, a medida que va avanzando, algo cambia, y crece una sensación dentro de ti, una sensación que te dice que algo ocurre, no sabes que es, no sabes explicarla, pero ahí está.

Cuando tienes un día así puedes hacer dos cosas, o te quedas encerrada en tus pensamientos sin salir del abismo, o bien, luchas y sales a flote. Yo, aunque no lo haya logrado todavía, elijo la segunda opción.

Fuerte.

Ese vacío que sientes es falta de amor, de cariño. Un hueso duro de roer. Fuerte por fuera, frágil por dentro. Jamás te sentiste una elegida, es más, siempre la última galleta del tarro, hasta que te eligieron.

Siempre se trata de lo mismo.

Si quiero algo lo consigo, siempre ha sido así. Sé muy bien el dónde y el cómo, pero desconozco el cuándo, cuándo actuar y cuándo esperar.Con cualquiera de las dos podemos ganar pero también podemos perder. Una señal, siempre buscamos algo que nos diga que hacer,cómo actuar, cuándo actuar. Si actúas erróneamente, si actúas a destiempo, lo más probable es que te duela, sin vuelta atrás. Se trata de entender que todo tiene su tiempo. Al fin y al cabo, esperar es una forma de actuar, y, la espera, nos impacienta, provocando que actuemos antes de tiempo y nos equivocamos. Yo no sé esperar ante un obstáculo, tengo que saltarlo. Será por eso que puedo sobrevivir en este mundo.

¿Que es este vacío que siento?

Uno anda feliz por la vida creyendo saber quien es, y, de golpe, una imagen, un árbol, algo que cambia las cosas. A veces escucho una palabra o veo una cara y tengo una extraña sensación, como si me llevará a otro lugar. Puede que no tenga sentido, pero, hay que aguantar la respiración y pasar el campo de ortigas.