Un fuerte estruendo te devuelve a la realidad.

Tarde tormentosa, te sientas a mirar las gotas caer mientras a tu mente van llegando recuerdos.Infancia, columpios, chicos, alegría, desilusión, ilusiones... Todo eso que te hizo crecer, que cambiaó tu forma de ser. Continuas ensimismado, construyendo historias a partir de cientos de imágenes que aún permanecen en tu memoria. De repente, un fuerte estruendo te devuelve a la realidad, un trueno. Ahora es cuando te das cuenta del paso del tiempo, que sigue su rumbo sin detenerse ni mirar atrás.
Es ahora cuando decides vivir cada minuto como si mañana el mundo se fuera a acabar.

Al menos así soy yo.

Los bailes, las películas,las ilusiones, las fiestas, las lagrimas, las penas, el miedo.Simplemente, todo se acaba un día. Algo que forma parte de ti, y se va, mostrándote que ya estás listo para empezar una vida nueva. No todos los días existe la oportunidad de empezar de nuevo, y no todos tienen esa oportunidad. Hacer solo lo que nos gusta, eso es vida. Y para eso hace falta decir adiós. Adiós a lo que nos hace daño, y hola a todo lo que nos hace bien, esa es mi filosofía. Y con esa filosofía me ha ido bastante bien siempre, hago lo que quiero, pero nunca lo que no quiero.
Cada segundo comienza una nueva vida, empieza una para mí, y pienso vivirla sin privarme de nada. Al menos así soy yo.

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Cuanto más lo necesitas, menos gente hay.

¿No lo es?

¿No es superpatético pensar en un tio que pasa de mi?

Gracias.

Estoy cansada, cansada de ver el lado bueno a todo,y, ¿para que?, si al final nunca sale bien. Pones una sonrisa a la vida, sigues hacia delante, pero ¿que pasa?, que la vida te sigue apaleando. Las personas más optimistas son a las que menos cosas buenas les pasan, ¿la razón?, nadie la sabe, puede que sea alguna Ley de Murphy que desconozco.
Yo siempre he sido optimista, todo el mundo lo sabe, y así me ha ido. Lo seguiré siendo, lo se, está en mi naturaleza. Pero, no todo lo que me rodea es malo, gracias a dios, al destino, a algo o a alguien, tengo una persona en mi vida que me ayuda a seguir, se preocupa por mi y, aunque muchas veces no sepa como hacerlo, consigue que salga del pozo en el que yo sola me he metido. Doy gracias al mundo por tenerte en mi vida.