Todo irá bien.

Nunca pense que llegaría a alcanzar tal grado de felicidad. Creía que era algo que no estaba hecho para mi. Que no estaba a mi alcance. Que se reservaba para gente especial. Gente que no soy yo. Supongo que, como yo, mucha gente tiene esos pensamientos, día a día, segundo a segundo. Pero que sepais, que no son reales, todo llega, y cuando lo hace, ya no lo dejarás ir. JAMÁS.

Lo mejor que te puede ocurrir en la vida viene sin pedirlo, sin desearlo, sin esperarlo. Pero es aquello que cuando falta se necesita. Son detalles, sonrisas, ratos improvisados en cualquier lugar, personas que conoces y empiezan con un simple "Hola" y que con el tiempo acaban diciendo "Eres lo más importante de mi vida". Son risas tontas, frases sin sentido, tardes de locuras y noches que acaban en mañanas.

Siente.

Ríe hasta que te duela la barriga, salta más alto que nadie, baila bajo la lluvia, disfruta de cualquier cosa, come todo el chocolate del mundo, tírate a una piscina vestido, escucha esa canción todas las veces que haga falta, hazte pasar por extranjero, olvídate de los problemas, se feliz, por cada lágrima pon una sonrisa, espanta las palomas de un parque, sé diferente, vive tu vida, pasa de lo que digan los demás, sáltate las reglas, pon la música tan alta como quieras, piensa que la vida esta para vivirla, disfruta con cada persona que conozcas, con cada locura, con cada marrón, con cada estupidez…Sopla hasta hacer volar los aviones, pisa hasta que el suelo se rompa bajo tus pies, corre para que no te alcance ni el viento, vuela hasta superar los límites de la imaginación, abraza con fuerza hasta que no puedas respirar, besa hasta cansarte. SIENTE la vida.

Voy a hacer todo lo que quiera hacer.

Voy a tocar las nubes y después voy a comérmelas. Voy a ver a ese chico guapo, listo y encantador que me tiene loca. Voy a darle un beso y voy a decirle que venga conmigo al fin de mundo. Voy a trepar por los tejados. Voy a volar. Voy a ser astronauta. Voy a hablar con los coches. Voy a ver abejas con forma de mariposa. Voy a subirme a un elefante. Voy a jugar con monstruos. Voy a comer estrellas. Voy a perderme en una isla desierta. Voy a ir a la Antártida a ver a Papá Noel, pero me daré cuenta de que allí no está y tendré que ir al Polo Norte. Voy a darme un baño de espuma en un volcán.

¿Sabes?

Siento que cuando estoy contigo puedo pisar las nubes, siento que puedo tocar las estrellas, que no me importa el resto. Siento, que cuando estoy contigo, nada más existe, que me gustaría seguir estando así, junto a ti, siento que me gustaría que ese momento no acabase nunca.

Ojalá se congelase el tiempo cuando notas que te miro, me devuelves la mirada y me regalas una sonrisa.

Ayúdame a cumplir mis sueños.

Tenemos que darnos un trillón de besos durante los próximos mil años.
Tenemos que ver cada sábado una película de amor y comer chocolate, hacer el amor cada noche y cada mañana. Quiero despertarme todos los días a tu lado y desayunar los dos en la cama sin separarnos un poquito siquiera. Tenemos que ir a la playa en invierno cada año y admirar las olas., también en verano, y hacer excursiones, a alguna casita en la montaña, alejada de todo el mundo. Y tenemos que sonreír cada día, y solo se podrá llorar una vez al año, no más de dos minutos. Reír, estallar de la risa hasta que nos duela la tripa, y reír sin limite, sin que nada te lo impida, sin que te importe el alrededor.

Seguro que se puede =)

Recompensa.

Llega un momento en la vida en el que pasa algo que cambia todo. Piensas que ese algo es malo y, que no vas a poder superarlo. Pero, es entonces cuando llega tu recompensa, y, te das cuenta de que es lo que habías estado esperando, sin tan siquiera saberlo.

Trátame suavemente.

Nos creemos fuertes, invencibles, creemos que nadie puede con nosotros, pero en realidad somos tiernas criaturitas que apenas saben andar solas. Solo necesitamos que nos traten bien.
Para tratar bien a alguien hay que verlo, pensar menos en uno y más en los demás. ¿Cómo vamos a tratar bien si vivimos mirando nuestro ombligo? ¿Cómo vamos a tratar bien si nos maltratan?

Cambios.

Como decía Heráclito “no podemos bañarnos dos veces en el mismo río”. Cuando nos metemos en un río, salimos y volvemos a entrar, sus aguas ya no son las mismas, se han transformado, ya no es el mismo río. El cambio es continuo.
Nadie puede resistirse al cambio. Es como resistir al paso del tiempo, una batalla perdida de antemano. Siempre estamos cambiando, es inevitable. Es la esencia de todo, de nosotros, del universo ¿o será al revés? Que la esencia es la que permanece inalterable. ¿Dónde está nuestra esencia? ¿En eso que permanece a pesar del cambio o en el cambio permanente?¿Podemos ser los mismos si todo cambia, o somos los mismos a pesar de cualquier cambio?¿Cuánto de improbable tiene pretender cambiar todo de una vez? El cambio tiene sus tiempos, sus procesos. Tal vez la clave sea cambiar con el cambio. Resistirse es como querer congelar el agua del río para bañarse siempre en la misma. Un día abres los ojos y ves que todo cambió, y ahí estás perdido en lo desconocido. Es una cuestión de tiempo. De tanto mover el árbol al final la fruta cae. Y cuando el cambio llega no deja lugar a dudas. Cambia todo, arrasa, transforma, muta. El cambio es la esperanza en mitad de la nada. Es confiar en que eso, como todo, irá bien.

El ojo de la cerradura.

Cuando te prohiben ver algo lo único que quieres es ver eso que no puedes. Sea lo que sea que tengas que hacer, vas a ver eso que quieres. Es como espiar a través de una cerradura, como cotillear un móvil ajeno, nunca sabes con qué te vas a encontrar. Si espías eres responsable de lo que ves. Nunca sabes que vas a encontrar. A todos nos gustas hurgar, cotillear, espiar, aunque a veces no estemos preparados para lo que podamos ver. Mirando por la cerradura puedes llegar a ver verdades, verdades que pueden doler, y mucho. El problema de espiar no es lo que se ve, sino todo lo que no se ve. Todo lo que queda fuera de lo que la cerradura no nos deja ver no existe para nosotros. Para ver por una cerradura tienes que cerrar un ojo, ver solo una parte de la escena. Es irresistible, siempre queremos saber qué hay al otro lado ¿pero estamos preparados?
Tras la cerradura viven grandes secretos, secretos que significan una vida.

Un fuerte estruendo te devuelve a la realidad.

Tarde tormentosa, te sientas a mirar las gotas caer mientras a tu mente van llegando recuerdos.Infancia, columpios, chicos, alegría, desilusión, ilusiones... Todo eso que te hizo crecer, que cambiaó tu forma de ser. Continuas ensimismado, construyendo historias a partir de cientos de imágenes que aún permanecen en tu memoria. De repente, un fuerte estruendo te devuelve a la realidad, un trueno. Ahora es cuando te das cuenta del paso del tiempo, que sigue su rumbo sin detenerse ni mirar atrás.
Es ahora cuando decides vivir cada minuto como si mañana el mundo se fuera a acabar.

Al menos así soy yo.

Los bailes, las películas,las ilusiones, las fiestas, las lagrimas, las penas, el miedo.Simplemente, todo se acaba un día. Algo que forma parte de ti, y se va, mostrándote que ya estás listo para empezar una vida nueva. No todos los días existe la oportunidad de empezar de nuevo, y no todos tienen esa oportunidad. Hacer solo lo que nos gusta, eso es vida. Y para eso hace falta decir adiós. Adiós a lo que nos hace daño, y hola a todo lo que nos hace bien, esa es mi filosofía. Y con esa filosofía me ha ido bastante bien siempre, hago lo que quiero, pero nunca lo que no quiero.
Cada segundo comienza una nueva vida, empieza una para mí, y pienso vivirla sin privarme de nada. Al menos así soy yo.

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Cuanto más lo necesitas, menos gente hay.

¿No lo es?

¿No es superpatético pensar en un tio que pasa de mi?

Gracias.

Estoy cansada, cansada de ver el lado bueno a todo,y, ¿para que?, si al final nunca sale bien. Pones una sonrisa a la vida, sigues hacia delante, pero ¿que pasa?, que la vida te sigue apaleando. Las personas más optimistas son a las que menos cosas buenas les pasan, ¿la razón?, nadie la sabe, puede que sea alguna Ley de Murphy que desconozco.
Yo siempre he sido optimista, todo el mundo lo sabe, y así me ha ido. Lo seguiré siendo, lo se, está en mi naturaleza. Pero, no todo lo que me rodea es malo, gracias a dios, al destino, a algo o a alguien, tengo una persona en mi vida que me ayuda a seguir, se preocupa por mi y, aunque muchas veces no sepa como hacerlo, consigue que salga del pozo en el que yo sola me he metido. Doy gracias al mundo por tenerte en mi vida.

Algo cambia.

Hoy es un mal día, pero no es el típico día en el que todo se tuerce, estás de mal humor y maltratas a todo el que te rodea, no, no es un día de esos. Hoy es un día en el que te levantas feliz, sin preocupaciones, y con una enorme sonrisa, pero, a medida que va avanzando, algo cambia, y crece una sensación dentro de ti, una sensación que te dice que algo ocurre, no sabes que es, no sabes explicarla, pero ahí está.

Cuando tienes un día así puedes hacer dos cosas, o te quedas encerrada en tus pensamientos sin salir del abismo, o bien, luchas y sales a flote. Yo, aunque no lo haya logrado todavía, elijo la segunda opción.

Fuerte.

Ese vacío que sientes es falta de amor, de cariño. Un hueso duro de roer. Fuerte por fuera, frágil por dentro. Jamás te sentiste una elegida, es más, siempre la última galleta del tarro, hasta que te eligieron.

Siempre se trata de lo mismo.

Si quiero algo lo consigo, siempre ha sido así. Sé muy bien el dónde y el cómo, pero desconozco el cuándo, cuándo actuar y cuándo esperar.Con cualquiera de las dos podemos ganar pero también podemos perder. Una señal, siempre buscamos algo que nos diga que hacer,cómo actuar, cuándo actuar. Si actúas erróneamente, si actúas a destiempo, lo más probable es que te duela, sin vuelta atrás. Se trata de entender que todo tiene su tiempo. Al fin y al cabo, esperar es una forma de actuar, y, la espera, nos impacienta, provocando que actuemos antes de tiempo y nos equivocamos. Yo no sé esperar ante un obstáculo, tengo que saltarlo. Será por eso que puedo sobrevivir en este mundo.

¿Que es este vacío que siento?

Uno anda feliz por la vida creyendo saber quien es, y, de golpe, una imagen, un árbol, algo que cambia las cosas. A veces escucho una palabra o veo una cara y tengo una extraña sensación, como si me llevará a otro lugar. Puede que no tenga sentido, pero, hay que aguantar la respiración y pasar el campo de ortigas.

Siempre.

"Detrás de las nubes el cielo es siempre azul, después de la tempestad siempre sale el sol..."

El dolor, como las nubes, se va con el viento. Aunque parezca cerrado, oscuro y sin ninguna señal de movimiento, siempre, siempre se va.

Bloqueo.

Todo esto es algo que me agarra desde pequeña, pero se va pasando de a poquito. Se va por si solo, sin darme cuenta. El problema es que mientras se va y no, necesita mucha atención, atención sin ningún sentido, pero,si no la tiene, se agarra fuerte, como un niño asustado a la pierna de su madre.
Hay dolores que te paralizan, que te chocan, que te golpean, que te bloquean. Hay dolores que no entiendes, que no quieres, pero están.

Siento.

Nada es lo que parece, eso dicen. Nada es para siempre, mucho menos el dolor, eso dicen. Es normal temer a lo desconocido, como también es normal desear con fuerza algo que no puedes tener. Nunca sabes que ocurrirá con certeza,puedes hacerte una idea, pero cuando quieres que algo pase y no es así, se acaba el mundo, tu mundo.

(TA)

Digamos que mi cabeza es un desastre, y podría decirse que estoy totalmente jodida.
A veces las palabras sobran. A veces la palabra justa es esa que se calla. A veces no hay palabras. A veces las palabras se escuchan sin que sean dichas. Hay palabras que curan, y otras que matan. A veces callamos para evitar más dolor y en ese silencio aparecen las palabras que tanto necesitábamos. Un silencio, una palabra sencilla o un monologo irritante, todo habla, todo dice. Pero a veces no alcanzan ni los silencios ni las palabras, hay que ir más allá, pasar de la palabra al acto, porque el resto, el resto es puro bla bla.

Como ser.

¿Porque importa tanto el que dirán? En cuanto lo que a mi respecta, prefiero ser como YO quiero a como los demás piden. Que importa si no les gusta, lo importante es ser uno mismo, ser quien quieres ser.

Errores.

Que fácil es ver los errores de los demás. Que fácil es dar consejos, pero no seguirlos. En el momento que te das cuenta de tus errores, de lo que tu estas haciendo mal, ese es el momento en el que te das cuenta de que algo tiene que cambiar.

¿Y que tiene de bueno ser adulto?

Nada.

Cambiar el mundo. (TA)

Tener una necesidad es útil. Nos pone en movimiento para alcanzarla. Un deseo es más potente aún. Cuando deseamos algo, cada célula de nuestro cuerpo se esfuerza por lograrlo. Tener un sueño es algo de una fuerza casi sobrenatural. Nos esforzamos durante días, meses,incluso años, para alcanzar ese sueño. Un sueño que nos puede cambiar la vida. Pero necesidades, deseos y sueños son pequeños al lado de la utopía. Tener una utopía es algo superior, algo vital. Una necesidad, un deseo, un sueño, pueden cambiar nuestra vida, pero una utopía puede cambiar el mundo. Y para bien o para mal, esa es la utopía de todos. Las utopías estan en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Pero entonces uno se pregunta, ¿para qué sirve la utopía si siempre se aleja? Para eso sirve, para avanzar. Para tener una utopía hay que creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definicion, es algo que no existe,por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.

Copy.

Siempre estamos buscando eso que nos falta para ser felices. La felicidad son momentos y esa búsqueda constante de la felicidad nos mantiene vivos, siempre está “ese algo que falta”. Si vivimos amargados buscando eso que nos falta vamos a estar siempre viviendo observando desde fuera. Vivimos buscando eso que no existe. Lo rayante de buscar la felicidad y no encontrarla, de estar en las puertas del paraíso y no poder entrar. Ese pensamiento de que algo nos falta es lo que hace que nos perdamos la fiesta, la felicidad.